3/6. Mañana nublada, me levante abrazada de una compañía cálida y reconfortante.
Mientras me hundía en el colchón por la temperatura de su cuerpo, me recriminaba mis tareas atrasadas, mis canciones pendientes, mis libros de la facultad y mi agenda incompleta. Todo eso me gritaba la conciencia segundo tras segundo, por lo que pese al cansancio no pude volver a concebir el sueño de la misma manera.
Me levante fea aunque eso fue lo de menos, porque una ducha me devolvió la frescura que necesitaba. Mientras me bañaba el preparaba el café, seguro observaba las lesiones de su moto luego del accidente de ayer. De hecho lo hizo.
Decidí no usar el jeans y solo utilice la remera de ayer con resinas de mala vibra, y un calzoncillos por si viene la hermana. Aun sigo despeinada y con el pelo mojado. No se que sera de mi rutina en este día gris, creo que es clave para replantearme decisiones que creo tomadas. Pero que son de vida o muerte.
Senti el olor a tostadas y me lleno el cuerpo de vida. Vi mi muerte en el ayuno de la mañana mientras dormía. Me toco ponerles dulce de leche.
Se sentó al lado mio y compartimos uno de los mejores cafés de mi vida.
Vida para compartir.
Las tostadas se acabaron y decidí agarrar la computadora para escribir. Las tazas sucias me miran con recelo y el acaba de ir en pijama a comprar cigarrillos.
Parece que quiere zafar de bañarse como yo quiero zafar de lavar las tazas.
Quiero que entre para decirle otra vez que lo amo, pero que yo no quiero lavar, porque simplemente estoy de duelo.
En este día gris que me inspira tristeza siento que murieron algunas oportunidades que tenia y algunas vagas esperanzas de volver a centrarme en mis asuntos. Desde que el entro en mi vida, ya nada es lo mismo, murió una parte de mi para dar vida a una parte mas adulta. Ahora pienso en los dos casi por obligación desde que decidimos ir a vivir juntos.
Espero que entienda mi duelo y me permita hoy volver a hundirme en el colchón, sin culpa y con algunas penas que me hagan dormir una siesta conciliadora.
Tal vez cuando me levante piense en pedirle un poquito de mas espacio en la cama y en la rutina, porque estar pegados es estar de duelo.
Duelo para valorar mis sueños.
Mientras me hundía en el colchón por la temperatura de su cuerpo, me recriminaba mis tareas atrasadas, mis canciones pendientes, mis libros de la facultad y mi agenda incompleta. Todo eso me gritaba la conciencia segundo tras segundo, por lo que pese al cansancio no pude volver a concebir el sueño de la misma manera.
Me levante fea aunque eso fue lo de menos, porque una ducha me devolvió la frescura que necesitaba. Mientras me bañaba el preparaba el café, seguro observaba las lesiones de su moto luego del accidente de ayer. De hecho lo hizo.
Decidí no usar el jeans y solo utilice la remera de ayer con resinas de mala vibra, y un calzoncillos por si viene la hermana. Aun sigo despeinada y con el pelo mojado. No se que sera de mi rutina en este día gris, creo que es clave para replantearme decisiones que creo tomadas. Pero que son de vida o muerte.
Senti el olor a tostadas y me lleno el cuerpo de vida. Vi mi muerte en el ayuno de la mañana mientras dormía. Me toco ponerles dulce de leche.
Se sentó al lado mio y compartimos uno de los mejores cafés de mi vida.
Vida para compartir.
Las tostadas se acabaron y decidí agarrar la computadora para escribir. Las tazas sucias me miran con recelo y el acaba de ir en pijama a comprar cigarrillos.
Parece que quiere zafar de bañarse como yo quiero zafar de lavar las tazas.
Quiero que entre para decirle otra vez que lo amo, pero que yo no quiero lavar, porque simplemente estoy de duelo.
En este día gris que me inspira tristeza siento que murieron algunas oportunidades que tenia y algunas vagas esperanzas de volver a centrarme en mis asuntos. Desde que el entro en mi vida, ya nada es lo mismo, murió una parte de mi para dar vida a una parte mas adulta. Ahora pienso en los dos casi por obligación desde que decidimos ir a vivir juntos.
Espero que entienda mi duelo y me permita hoy volver a hundirme en el colchón, sin culpa y con algunas penas que me hagan dormir una siesta conciliadora.
Tal vez cuando me levante piense en pedirle un poquito de mas espacio en la cama y en la rutina, porque estar pegados es estar de duelo.
Duelo para valorar mis sueños.
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