miércoles, 13 de mayo de 2020

Amor en tiempos de Covid

Enamorarme de los hijos de puta parece un karma.
Pero al margen de eso, accedí a conocerlo. Fue casi de película.

Un mensaje de el llego a mi casilla de Facebook hace unos días, me invito una flor...
Paso por mi a las 16:00, con una puntualidad que me dio miedo y desde el primer minuto sentí su calidez humana.
Fuimos a mi plaza preferida, su plaza preferida también, una placita escondida en Las Flores y desde el vamos arrancamos con toda.
 Nos sentamos en dos hamacas y dejamos que las historias fluyan, las risas fueron las protagonistas de todo, las miradas tambien.
Se sentía algo especial en el aire, de hecho pensamos que el universo nos había preparado la tarde de sol perfecta para conocernos, y entre tanto y tanto, el tiempo no hacia mas que correr.
Sentí que después de tanta charla, era mejor regresar a casa y relajar un poco, acomodar las ideas y organizar mi agenda para el día siguiente.
La despedida fue fría, mas de mi parte, no quise comprometerme a nada. Pero...
Una vez que me relaje en casa, llego un mensaje de el...
Al leerlo constate que lo que yo sentí fue mutuo, pero le reste interés cuando pensé que era incapaz de volver a empezar después de mi Ex.
Quería verme mas tarde, y solo sucedió.
Nos sentamos en mi barra, tomamos un te y jugamos a las cartas como dos adolescentes, ahi entendí que el, era todo lo que estaba buscando.
Por momentos nos congelábamos mirándonos a los ojos, sentí que me escapaba del mundo y que quería refugiarme en sus brazos. Nos contuvimos, sabíamos que teníamos que mantener distancia, pero que no iba a ser la primera vez.
Se fue dejándome con las ganas de algo mas, nadando en un rio de dudas y secuencias.
Prometimos volver a vernos cuando salga de trabajar, proteger a la ciudad no es un trabajo fácil y decidí esperarlo con un café....
Su sonrisa me volvía loca, luego de descontaminarse y seguir varios protocolos de seguridad, atinamos a besarnos, como si nos dejáramos llevar por el deseo, fue mágico.
Hicimos el amor como en las películas, hicimos el amor en tiempos de covid, arriesgándonos a todo como si nada pasara, como si no fuera a hacerme daño..
Nos besamos fuerte y se fue.
El vacío se hizo un poco mas grande, pero mi orgullo es mas grande aun.
Ahora solo pienso en ese karma, y en la próxima vez.

lunes, 11 de mayo de 2020

FASE 4

El te de Manzanilla con limón y miel me acompaño durante todo este tiempo, me hizo relajar cuando mas lo necesitaba. Hoy tampoco podia faltar.
Miro la porción de cielo que me toca y me brota de adentro la necesidad de correr entre los arboles, y luego de eso, ir hacia el muellesito a flotar sobre el arroyo Saladillo un rato.
Me inspiran los pájaros volando sobre mi e intento sentirme como ellos, pero escribiendo.
Me reflejo sobre la pantalla y necesito que ese momento sea eterno... .Encontrarme asi, descubrirme asi, tan cálidamente en el clima que genero.
Toda la vida, inclusive ahora, me la paso pensando en como llenar mis huecos vacíos como si siempre dependiera de algo o de alguien para ser feliz. 
En el transcurso del encierro pude experimentar un cambio de sensaciones y energías que me hicieron madurar y redireccionar el rumbo de mis ideas. 
Siempre pensando en lo que necesito me di cuenta de que necesito agradecer mas, hasta lo poco de algo, los gestos, las intenciones, los momentos buenos, y los momentos malos, agradecerlo todo.
Lo mas loco de estar encerrados es enfrentarnos a nuestro lado mas humano y a nuestro lado mas consumidor al mismo tiempo.
La Fase 4 nos invita a reflexionar, a vislumbrar nuestras prioridades y a conectar con nuestro centro de mando interior. 
La fase 4 nos invita a reinventar una version de nuestra rutina, a rebuscársela dentro de este contexto, a empatizar con el medio ambiente y a encontrarnos con nosotros mismos.
Miro al cielo y agradezco, por otro día mas.


miércoles, 6 de mayo de 2020

FIN DEL CICLO

Estar envuelta en el fin del circulo de una relacion toxica es difícil, sobre todo porque es la instancia mas importante, en la que uno decide, si volver a repetir el mismo patron o cortar los lazos para siempre.
Me veo envuelta en un ciclo de violencia que no termina, porque hay algo que me impide soltar.
A veces pienso que mudarme de casa seria algo positivo, de hecho quiero vivir en un vecindario mas sano, con el que me pueda sentir en paz, pero el solo pensar que dejaría de habitar en un lugar que alguna vez  me hizo feliz me mantiene indecisa. Y esa sensación hace que no pueda soltar.
Vivir arraigada a la idea que planificamos juntos me hace intentarlo una y otra vez, me hace pensar que existen los motivos.
Esos motivos que idealizamos, ahora me doy cuenta, que no son mas que utopias en el medio de un torbellino que no nos va a llevar a nada.
Todo se repite una y otra vez, como si hubiera elegido vivir el mismo infierno del que salí.
Ya no siento nada y mis energías se agotaron, el torbellino me ha dejado sin motivaciones y me ha abierto los ojos con cinta scoch.
Me freno para llorar y culparme por lo mismo de siempre, pero ya nadie entiende, ya me he quedado prácticamente sola.
Las personas que se quedan a mi lado son de mi sangre, y ellos me levantan una y otra vez a cambio de nada. Solo rezan para que lo suelte.
Me arden las entrañas cada vez que quemo en mi memoria los recuerdos, me punza el corazón y alma se me arruga.
Solo deseo su felicidad absoluta, y claro, también la mía.
Escribirle que me hizo daño, pero psicológicamente fuerte.
Que gracias, pero que nos despidamos. O no, mejor que se vaya.
Que vuele lejos.



martes, 5 de mayo de 2020

Adiccion a las redes

En este mundo virtual - dije una vez en una canción.
Y aca me encuentro, saciar mi sed es sinónimo de whatsap, aunque casi ni tenga comunicación. Necesito que sepan que aca estoy, que todavía pertenezco.
El 2.0 es el nuevo aquí y ahora, nos envuelve en la ilusión del amor perfecto y los mejores perfiles.
Sostener la vida real es tan abrumador que nos refugiamos bajo el mismo techo del WiFi, nuestro nuevo cable a tierra.
Salirse de ese sistema cada tanto y desconectarnos del celular nos recarga otras partes del cuerpo, como el alma y los pies.
Siento como explota en mi cabeza una lluvia de nuevas formas de comprenderlo todo, de mirar mas alla, justo en el detalle.
Las casualidades muchas veces vienen a abrirnos los ojos y nos forman a las patadas y puñetes. Y literal, a veces siento que las salgo a buscar.
Desconectarme de todos es normal en mi, aunque no en mi vida. Hay algo que no puedo sanar, o hay algo que no puedo ver, y todo me obliga a seguir hacia adelante tropezando una y otra vez con la misma piedra.
Los astros se me rien, dicen que como una chica tan solidaria puede quererse tan poco.
Me dejan desconectada nuevamente y me obligan a reflexionar, a escarbar mis dualidades mas profundas y a repreguntarme una y otra vez que es lo que realmente quiero para mi futuro.
Los miedos entran por la ventana y la abstinencia es cada vez mas fuerte, la mala sal me vino con la tecnología y con el amor que no es amor.
Me pierdo en el mismo punto fijo de la pantalla de la computadora una y otra vez, como si en algún momento pudiera recibir algún WhatsApp del pibe que me calienta o del que me paga por los packs.
Necesito actualizar mis historias y contarles por el cambio energético que estoy pasando, pero eso ya me paso.
Voy desentrañando el aprendizaje a medida que vivo, y con mucha suerte.
Balancearme sobre ese hilo sigue siendo peligroso y mortal, y aca estoy, sin celular y volviendo a redefinir mis aprendizajes, se que no estoy sola.

#Los días grises me dan esperanza.