viernes, 9 de diciembre de 2016

Quiero tenerlo.

Lo extraño, con cada parte de mi. Lo ansío, lo espero.
Aunque temo, de que ya no me vea como antes.
O que si lo hace,  decida marcharse, de nuevo,
convirtiendo mi esperanza, en cenizas, para su juego.

Y si aun así no lo viera, desearía que el si.
Que me encuentre bella caminando por el centro,
Con el pelo lacio y una sonrisa sin cicatriz
Para que quiera volver sin querer acabarme dentro.

Para que quiera pasearme, por la ciudad y el rió.
Pero luego pienso, que seria insano.
Y que no estoy dispuesta, a convertirme en juguete,
Para cumplir mis deseos. Tenerlo. Y el suyo, usarme. Me río.

Visitaría el bar mas cercano de su casa,
 para esperarlo sin que lo sepa.
Mientras escribo que solo quise volver por las medialunas,
Pero me estaría mintiendo, y el también lo sabría.

Aunque si sueno directa, no le gustara mi tanta ternura,
Se ira de nuevo.
Morirá con la misma dulzura que ya murió.
O resucitara para que funcione, o resucitara para que lo mate
Por resentida, o resucitara para que escriba la biblia del amor,
Y tal vez así pueda comercializar nuestra historia que no fue,
Y construirme una casita, en Calamuchita. Porque ahí le gusta.

Pero luego pienso que soy una enferma, y que basta.
Y me calmo, y me olvido de su nombre.
Hasta que un aroma, un tema, una palabra, me hace recordar.
Su boca, Su voz de niño, Su olor a el,  y sus caricias en la irregularidad..

Porque fue el primero,
y aunque haya alguien mas caballero,
siempre te voy amar, desde lo mas sincero,
porque eras la sal de mi mar entero.
Hace que yo sea.
















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