Hay algo en el que me vuelve loca y me excita demasiado. Intento evadir esas sensaciones cuando el pucho o la jarra de vino nos conectan, y pese a no cumplir con sus estándares de belleza, se que en el fondo tiene el impulso de hacerlo conmigo.
Nos perdemos en charlas para encontrarnos a nosotros mismos, y filosofamos el momento con frases que se inmortalizan en nuestra memoria, es como hacer el amor. Vamos de allá para aca buscando algún lugar que llene nuestro vacío y recargue nuestras energías rotas y desgastadas. Nos damos la libertad que necesitamos en el tiempo que compartimos con otras personas y resaltamos la lealtad como el valor mas importante.
Sus gestos lo dicen todo, y , sus actitudes me enamoran y me rompen en mil pedazos a la vez, a veces somos indescifrables, histéricos y nos anteponemos a todo.
Cuando termina la aventura del día es triste y mágico, porque mas allá de mi frialdad, hay algo que hace que lo extrañe.
Nuestro cantante favorito musicaliza todos nuestros estados y las historias de WhatsApp, sus frases nos hacen vibrar la razón y nos sumergen en un estado de embriaguez infinito. La locura de mi ser pide a gritos una noche, la cordura otra caravana mas...
Hay días en los que me pienso durmiendo a su lado y luego me retracto porque me parece cursi. Hay veces que me habla y no se de que me habla, y solo asiento con la cabeza mientras imagino como me penetra, suave y despacito, como las olas del rio.
El sabe que me conecto con la naturaleza y le encanta mirarme cuando me saco el calzado para sentir el suelo de la noche, yo cierro los ojos, pero siento como el me mira.
Desde hace mucho estamos en el ojo de la tormenta, y sin que lo sepa es el culpable de mis indecisiones, tal vez esto merezca morirse en la nada. Solo siento que si por culpa de alguna de nuestras aventuras terminamos en la misma cama, estamos al horno con papas fritas.
Mientras tanto, solo fluimos el momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario