viernes, 21 de abril de 2017

LLuvia traicionera.

Me levanto con un beso y me muero en un orgasmo.
Tu recuerdo rima, por eso me gusta tanto. 
Cada tanto corro con la punta del pie las cortinas de la pieza desde la cama, esperando que llueva, para que te acuerdes de mi. Porque sabes que son mi días favoritos, y porque sé, que si llueve y hay chocolatada  de seguro estas mirando dibujitos. Como lo hacíamos. Estas predestinado a pensarme, a extrañar mi calor en los días de invierno, a sentir la lluvia conmigo.
Estos días nublados me trajeron muchos recuerdos, pero el viento no te trae. Estas cerca, pero no es el momento, ni antes ni ahora. Pero se que después nos vamos a casar, vamos vivir en una casa minimalista y vintage, con una habitación cada uno, y con una bañera grandota. Y quien sabe, con una pecera en el suelo.
Quiero que sepas, que aunque jamas leas estas cursilerias ni sepas de este sitio escondido y recóndito, te espero para siempre, o hasta que amanezca en un orgasmo distinto que me saque las vendas. Las vendas que me regalaste. Las vendas que no me quiero quitar porque te siento cerca, porque me ayudan a entenderte, a verte, a aconsejarte en silencio por tu bien, porque me hace bien, pero quisiera verte. Quisiera correr las cortinas con el pie y que en vez de tu nombre empañado el vidrio, este tu mano, del otro lado, con ganas de para siempre. Con las eternas ganas de levantarnos con un beso y morir en un orgasmo. Todas las noches, antes de soñar la casita.

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